La resiliencia es la capacidad para sobreponerse a las adversidades. Una persona resiliente es consciente de sus capacidades y de sus límites. Son individuos abiertos a pedir ayuda, saben que hay infinidad de situaciones que están fuera de su control e influencia y por ello suelen tener una buena disposición hacia los cambios, pero sin perder la brújula del propósito que buscan conseguir.  La vida hoy en dia es inestable, insegura y compleja. Las personas se enferman de estrés van a prisa, saturadas de información y carentes de canales de comunicación. La resiliencia es una herramienta que se mira con rareza, a pesar de su eficacia para enfrentar la derrota. La resiliencia es un arma eficiente para encarar el fracaso y los momentos de cambio. Es complicado tomar la decisión de seguir el camino, en particular cuando se fracasa.

“A veces, lo mejor que puedes hacer es aprender a añadir puntos suspensivos… y seguir adelante”.

Agregar puntos suspensivos a la vida es abrirse camino, es un modo de estimular la mente y pisar territorios no imaginados que despiertan la creatividad, y las ilusiones. Ello implica comenzar la lucha, cambiar de trabajo, tener un nuevo jefe, modificar la manera de hacer las cosas o transformar la rutina diaria para nutrirse de una nueva fuente que traerá nuevos conocimientos, nuevas emociones y nuevas opciones para tomar una elección. Fracasar es el riesgo que se corre cuando se intenta algo. El peligro es no superar el tropiezo. Las personas increíbles, quienes ganan en grande, son aquellas que en su historia personal tienen enormes fracasos o han caído mas hondo que los no triunfadores. La vida de cada persona es una escalera y si se mira hacia atrás, si se vuelve al principio, se pueden contar los peldaños subidos para llegar al lugar donde se está. Cuando la vida no marcha bien, las personas tienden a verlos como el final de todo. Sin embargo, no es mas que una ilusión. El fracaso deja lecciones e impulsos para llegar a un lugar mejor.

“Lograr el éxito es mas fácil cuando se hacen a un lado las probabilidades de conseguirlo y se fija la vista en el reto de imaginarlo”.

Cambiar de enfoque no es una tarea sencilla. Implica mover la lente, inclinarla hacia otro lado. Quizá hasta cambiar de lente. Para tomar distancia de los malos momentos y recontextualizar esas historias avergonzantes. Para alcanzar el éxito se requiere paciencia y saber que algunas cosas necesitan tiempo para materializarse. En ocasiones, el paisaje parece desolador, de derrota. Es cuando se debe recordar que perder no es malo, que para alcanzar las metas se requieren muchas perdidas, muchas caídas y acumular mucha experiencia. Las personas increíbles son capaces de imaginar el producto final y por eso se detienen, sus ambiciones sostienen a sus habilidades. Lo intentan, fracasan, buscan ser mejores, saben lo que quieren, hacia donde van, y en que lugar del trayecto se encuentran. No dejan de aprender. Dan sin esperar nada a cambio y no se espantan ante una caída. Son conscientes de que entre mas pierdan, mas ganaran. Se apasionan con lo que hacen y aceptan el esfuerzo y el castigo.

La resiliencia se crea añadiendo puntos suspensivos a la historia, al cambiar de enfoque y al ver las derrotas como peldaños para llegar a una meta, practicarla hace mas fácil la vida de cada persona y de quienes lo rodean. No rendirse implica estar dispuesto al cambio, al crecimiento continuo, a aprender a lo largo del tiempo. Las personas increíbles solo conocen un camino: ir hacia delante. Se preocupan por lo que es importante, lo esencial. Cuando se esfuerce, cuando haya una piedra enfrente de usted, cuando pierda el trabajo, cuando se abra una puerta, no se rinda y vaya hacia delante.

Fuentes:

ruizhealytimes.com

citibanamex.com