El Covid provocó un shock en la demanda, con una caída del PIB mundial de un 3,3% en el 2020 que a su vez provocó un shock en la oferta, primero por el parón en las inversiones productivas tanto minerales y extractivas como productivas y de transporte, así como de los servicios. En el 2021 y gracias a los estímulos que todos los gobiernos pusieron en marcha se pudo apreciar una rápida recuperación de la demanda y la economía hasta un 6,1%. Sin embargo, la oferta no ha acompañado este ritmo, en parte por las incertidumbres globales, que siempre ralentizan las inversiones, el impacto todavía de cola de la pandemia y el atasco mundial en el transporte marítimo. Este desbalance de oferta y demanda, así como la guerra de Ucrania, está provocando un incremento de los precios de las materias primas básicas y energéticas que, a su vez, están teniendo un impacto importante en la inflación de bienes de consumo y alimentación, lo que está complicando y mucho la gestión de los Bancos Centrales en su política monetaria para controlar la inflación. La población mundial ha crecido desde 1950 más que en toda la historia de la humanidad hasta los 7.800 millones de personas en 2021 y se estima que para el 2040 se alcancen los 9.200 millones, a la vez que se produce el desplazamiento de millones de personas a las grandes ciudades, donde se estima que un 64% de la población mundial vivirá en el 2040. Este crecimiento tanto en número de personas como en nivel de bienestar implicará un mayor consumo de materias primas.

Nadie duda ya que la economía mundial se está desacelerando. Los estímulos monetarios y fiscales a los que dio lugar la pandemia en 2020 y 2021, unidos a los shocks de oferta por la restructuración de las cadenas de suministro y el aumento del precio de la energía, han recalentado la economía global sacando al genio de la inflación de su lámpara por primera vez en 40 años, lo que ha obligado a la política monetaria a volverse mucho más contractiva, con el consiguiente efecto negativo sobre el crédito, el crecimiento y el empleo. La invasión rusa de Ucrania –que ha generado altos precios para la energía y los alimentos, así como una enorme incertidumbre y el frenazo de la economía china por política de COVID cero, han terminado por situar a cerca de un tercio de las economías mundiales al borde de la recesión. Las europeas, que enfrentan un panorama especialmente incierto por el fin de la energía rusa barata y la falta de una auténtica unión energética en la UE, atravesarán un duro invierno, y las emergentes y en desarrollo tendrán que lidiar con los problemas que les supone un dólar tan apreciado y una restricción de la liquidez global, lo que podría generar problemas de deuda soberana (según el FMI, un cuarto de las economías emergentes y un tercio de las economías en desarrollo se encuentran en una situación angustiosa). EEUU, la economía más recalentada pero también menos expuesta a la energía rusa, parece que será capaz de sortear la recesión, o incluso podría caer en crecimiento negativo sin que apenas se eleve su tasa de desempleo. Y China, donde XI Jinping ha vuelto a ser elegido para un tercer mandato de cinco años, es una gran incógnita: podría dejar atrás su política de COVID cero, lo que aceleraría su crecimiento en 2023, o hundirse todavía más por los problemas estructurales que arrastra su economía desde hace años.

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público estima que en 2023 el PIB tenga un repunte de 3%, sin embargo esa cifra parece optimista, pues duplica las expectativas de organismos como la OCDE y el FMI. Luego de un 2022 complicado en materia económica, el panorama no luce tan prometedor para el próximo año, de acuerdo con las proyecciones tanto de organismos internacionales y nacionales. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el Banco de México (Banxico) son algunos que han ajustado a la baja su estimación para la economía mexicana, con un 1.5% y 1.6%, respectivamente; mientras que el Fondo Monetario Internacional (FMI) mantiene su expectativa en 1.2%.

Conclusión:

En conclusión la economía ha sido siempre un desafio para todos y todas, diversos factores la han ayudado o afectado a lo largo de los años, como sin duda lo fue a nivel mundial con la pandemia Covid -19, miramos con esperanza el año 2023 como lo dicen los expertos. deseando traiga grandes beneficios para cada uno de las y los mexicanos.

Fuentes:

-expansion.mx

-www.eleconomista.com.mx