En la actualidad vivimos en la era digital en la que quizás su jefe, compañeros de trabajo o sus clientes esperen que usted esté disponible las 24 horas del día los 7 días de la semana. Claro, así es muy difícil lograr lo que los expertos llaman la conciliación entre la vida personal y laboral. Esta conciliación consiste en saber ser equilibrado y separar el trabajo de los demás aspectos de la vida, lo que incluye la familia.

El trabajo brinda a la persona el sentido de su identidad, influye en su autoestima, otorga status social y da legitimación ante la sociedad. Sin embargo, La tecnología puede borrar la línea que separa el trabajo de su familia. Cada llamada, mensaje o correo electrónico puede parecer un fuego que hay que apagar inmediatamente.

Esta obsesiva necesidad de trabajar tiene un alto precio que se paga en salud, relaciones personales e incluso calidad del trabajo. A pesar del tiempo que pasan en la oficina, los adictos al trabajo no son necesariamente quienes realizan las tareas mejor o ni los que mejor se relacionan con sus colegas.

En el ámbito del desempeño laboral es igualmente nocivo para la organización dado que a medio/largo plazo la productividad de empleados «Workaholic», cae en picado y puede llegar a «contaminar» al resto de compañeros. La salud ocupa un lugar en la cola de sus prioridades porque antepone el trabajo a todo. La adicción al trabajo es una temática que actualmente llama la atención no solo de profesionales e investigadores del comportamiento humano en el trabajo sino del personal dedicado a la salud en general. El interés por estudiar, comprender y explicar este fenómeno psicosocial de tipo laboral tiene que ver no solo con las implicaciones sino con las repercusiones a nivel personal, social y organizacional que dicho comportamiento acarrea como factor de riesgo psicosocial intra y extra laboral para la salud de la población trabajadora. En pocas palabras, la adicción al trabajo es más un comportamiento compulsivo que una enfermedad mental y se caracteriza por la realización de un acto de repetición (inconsciente o sin control) en busca de una satisfacción total e imposible.

-Sugerencia: Recuerde que este equilibrio entre el trabajo y la vida personal es algo que hay que reevaluar constantemente.

Ser trabajador es una virtud, pero el exceso puede llevar a una adicción al trabajo y, en consecuencia, a un riesgo psicosocial. Para los adictos, el valor del trabajo es superior a las relaciones interpersonales y familiares. Esta obsesión por asumir cada día un mayor número de tareas, genera conflictos en el medio laboral y familiar. La adicción al trabajo que afectaba principalmente a los hombres, en los últimos años se ha extendido entre las mujeres y se calcula que más del 20% de la población trabajadora mundial presenta este peligroso hábito.

Establecer límites y desconectarse del trabajo, es esencial para aumentar la productividad y para poder separar lo profesional de lo personal. Escuchar nuestro propio cuerpo y poder identificar si nos dice que necesitamos un descanso es vital para el buen funcionamiento de nuestra vida, no caigamos en “silenciarlo” con un shot del café más poderoso o efectivo, a veces solo es necesario dar un paso atrás, respirar un poco, salir a tomar aire fresco, o tan solo separarnos unos segundos del escritorio o si lo cree necesario, pida un día de salud mental para descansar, seguro eso le ayudará a recuperar sus niveles de energía y estar más concentrado. Por qué no intenta programar un nuevo itinerario de labores y de ocio, dedique algunas horas del día o de la semana a actividades lúdicas y viejos pasatiempos que posiblemente ha dejado en el olvido.

-Escuchar música relajante, darse un baño de espuma de más de una hora, seguro lo ayudarán a sentirse mejor y dejar el trabajo en “el trabajo”.

Fuentes:

  • http://bohemia.cu
  • Http://JW.ORG
  • Revistagq.com